BIOLOGÍA TOTAL, o Decodificación Biológica de la Enfermedades, o
Biodecodificación.
Nos estamos adentrando en otro paradigma científico. Este nos revela que
las enfermedades son adaptaciones biológicas y no fallas azarosas. Estamos ante
una nueva metodología creada a partir del
trabajo realizado por el Dr. Ryke Geerd Hamer
quien descubrió cinco leyes biológicas
que permitieron entender la lógica de
las enfermedades.
Toda la información está codificada en la naturaleza que es perfecta, y estos
códigos biológicos se hacen visibles en forma de síntomas cuando las
necesidades de adaptación así lo requieren, y con un único propósito: sobrevivir. Es así que: “la enfermedad es la expresión de una
necesidad con pleno sentido biológico”, es una necesidad de adaptación
a una nueva situación.
Se puede decir que hoy tenemos dos
paradigmas, el convencional de la medicina tal cual la conocemos todos, en que
la enfermedad es vista como algo ajeno a nosotros, que nos tocó por azar o por
factores externos y por lo tanto no somos responsables; por otro lado el nuevo
paradigma, la Biología Total, mediante la cual, diagnóstico médico mediante,
podemos saber a “ciencia cierta” cuál
fue la causa emocional que generó la enfermedad, yo que conocemos el sentido
biológico de la misma.
Hamer descubrió el hilo conductor
entre el estrés y las enfermedades, la conexión psiquis-cerebro-órgano
quedó científicamente demostrada. Sí claro, ya lo sabíamos...! pero
lo que ignorábamos es que el conflicto estresante que luego se convierte en
enfermedad, es específico y particular para cada patología. No cualquier
conflicto puede disparar cualquier enfermedad. Dependiendo de la vivencia será
la parte del cerebro que reaccionará. Consecuencia: se verá afectado el órgano
o tejido que estas células cerebrales controlan.
Un pequeño ejemplo: Si nos compramos un par de zapatos que nos aprieta
en el talón, primero se va a enrojecer
la zona y quizás hasta nos salga una ampolla. Pero si seguimos usándolos y
continúa el roce, nuestro cerebro mandará una orden de proliferación celular
para engrosar las capas de la piel en ese lugar con la única finalidad
biológica de protección, de lo contrario el zapato terminaría ulcerando el
talón. A nadie se le ocurriría pensar que si
tenemos un callo es porque tenemos el pie enfermo… ya que es lógico que
ante un estrés biológico (roce) se forme una callosidad. Lo mismo sucede con un
estrés emocional. Solo que hasta ahora no lo sabíamos, pero funciona
exactamente igual. El cerebro automático (inconsciente) no distingue lo real de
lo virtual, imaginario o simbólico. Cuando sentimos una emoción (real o
imaginaria) para el cerebro ES tan real como el roce del zapato.
En consulta buscamos la lógica biológica del síntoma para así
desprogramarlo. Esto es lo que llamamos “decodificar la enfermedad”.
Marianela Silva
Terapeuta en B.T.
094207013
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